impermanencia



En la vinatería escribiendo en un viejo teclado de una vieja torre de pc. Ayer en el paseo hasta Sobradiel me pincharon la rueda, cuando salí a cambiarla me robaron el ordenador con el trabajo de varios años de esfuerzos, los libros que estoy escribiendo actualizados, con los cortes de películas que tengo para ilustrar mis conferencias, proyectos en marcha, toda la investigación de los últimos meses del taller, las fotos para el libro de cocina que estoy escribiendo…Mucho esfuerzo entre esas cuatro paredes de metal y plástico. Ahora es fácil pensar en hacer una copia, en tener salvadas las actualizaciones, en, en, en…
Pasó y fue doloroso, una perdida grande. El valor del ordenador, el valor de la cámara de fotos y todo el esfuerzo invertido. Acabada la experiencia me recompuse y me fui hasta Sobradiel donde por tercer año nos reuníamos en las jornadas culturales que organiza el ayuntamiento, gente majísima. Me puse a preparar la cena con el tiempo justo y sin el material para proyectar afanado por los amigos de lo ajeno,  con la colaboración de todos los asistentes. Al final disfrutamos de una bonita velada llena de cariño, buenos vinos y estupenda conversación.
Volviendo en la noche lluviosa solo me quedaba un sentimiento, una reflexión: lo que queda de una convocatoria es el disfrutar de un espacio lleno de inquietudes y armonía. De reflexión y cariño. Mil gracias a mis amigos de Sobradiel hicieron que la velada fuese preciosa.
También una reflexión sobre la impermanencia, sobre el cambio, sobre las oportunidades, los nuevos caminos que se abren al reponerte de las pérdidas  y sobre el espíritu que se impone al desanimo…al final siempre espíritu. 

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