Tal día como hoy mi padre y yo cogíamos el coche y por la carretera de Soria andábamos hasta Valbuena de Duero, en Valladolid. Entonces estábamos tres o cuatro dias coincidiendo con la fiesta de la Virgen. Mi padre me compraba almendras garrapiñadas y me daba cien pesetas para qeu jugase al arca, un juego de azar típico de esa zona. Una vez me tocó un premio y un señor se lo apropió alargando la mano, no volví a jugar nunca más. Eran las vacaciones que se permitía, un regreso a las raíces, al terruño, al recuerdo de la niñez. En la vinatería esta mañana atendiendo a gentes buenosas también recuerdo mi niñez

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