terminando en la vinatería y preparándome para ir a servir la cena en el taller. Un día lleno de agua y de un cierto velo de nostalgia. La lluvia tiene ese efecto para mi. Me paso al taller a poner comidita muuuy rica a los amigos de la cofradía del mester de vinatería que vienen esta noche a cenar , sin arredrase ante la furia de los elementos, sin desfallecer ante las adversas condiciones que Zeus tonante nos impone en Zaragoza, sin penar por todo ello ya llegan ( y llegan con cara de mucha hambre) ya  voy, ya cierro la vinateríaaaaa, que falta un minuto chicossss¡¡¡ ya.ya dejo de escribir, yaaaaa ya voy a cocinar. Parece que los cofrades tienen una cierta gazuza


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