caminando entre pizarras


Priorato, Priorat, me ha enamorado desde que don Jose Luis Perez vino hace veinte años y dio una conferencia en nuestra vinatería, para inagurar lo que sería una constante en nuestro andar vinatero, “el taller de vino Yañez”. Todavía hay muchas personas, entre las que me cuento, que seguimos los vinos que hace don Jose Luis con admiración y cariño. Todavía nos juntamos y abrimos las nuevas añadas recordando con ilusión aquella conferencia; como hemos ido viendo en cada añada de sus vinos la aplicación de aquella filosofía, verdadera precursora de la agricultura ecológica, del respeto al viñedo, del cariño a la tierra y a las personas que la cultivan. Un recuerdo y un sentimiento que me ha acompañado estos últimos veinte años y que se ha añadido a mi especial vinculación a la Ribera. Un ying-yang que disfruto especialmente y que creo que completa tanto nuestro pequeño taller, cuanto la imaginación que me hace disfrutar de la vida.

En priorato y de la mano de mi amigo Salva Costa con el impresionante bagaje profesional y la sensibilidad de Silvia Puig al mando de la enología no podían sino nacer vinos maravillosos.
He admirado los vinos de Odisseus desde la óptica del aficionado y desde el simple disfrute del vino; los he recomendado en nuestra vinatería y en comentarios sobre los nuevos vinos que me enamoran… así que me encanta esta interpretación y este camino de estudio en torno al vino y las posibilidades que nos ofrecen las pizarras. Este nacimiento que conmemora nuestro sexagésimo aniversario nos retrotrae al comienzo de nuestra andadura vinatera, la venta de vino a granel, nuestra evolución al vino embotellado y por fin hace treinta años, a empezar a tener nuestros vinos. Vinos nacidos de esas imaginaciones que viven entre la fantasía y la realidad. Vinos creados por los mejores amigos y profesionales para que amigos los disfruten.
Ha nacido un vino armónico, es potencia bajo control: “Yáñez caminando entre pizarras”, ha nacido en el priorato, una ilusión de juventud cumplida, cumplida camino de la madurez. Tal vez esto sea la felicidad.




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